- enero 25, 2017
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- Categoría: Curiosidades

La alimentación en Semana Santa corresponde a todas las costumbre culinarias y todos los alimentos permitidos durante el periodo sagrado del cristianismo y suele transcurrir desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurección, desde el punto de vista litúrgico. Cada país (con alguna representación o grupo cristiano) suele tener algún conjunto de platos, o preparaciones, característicos de esta fecha que por regla general no suele tener contenido carnal debido a la abstinencia observada durante este periodo.
La Iglesia Católica manda a sus fieles a guardar ayuno de carne, a fin de conmemorar los sufrimientos de Cristo, por ello se acostumbra la preparación de platos a base de pescado.
De acuerdo a la tradición, los católicos comen pescado o mariscos en Semana Santa para cumplir con las Sagradas Escrituras. Se señala que los fieles católicos no consumen carne roja porque representa el cuerpo de Cristo crucificado.
Según un documento del Arzobispado de Lima, la Conferencia Episcopal Peruana acordó las siguientes normas: “Ayuno y abstinencia los días Miércoles de Ceniza y Viernes Santo”.
“Abstinencia de carne todos los viernes del año. Esto puede ser reemplazado por prácticas de piedad, mortificaciones corporales concretas, abstención de bebidas alcohólicas, tabaco, espectáculos, etc”, indica.
El ayuno debe ser entendido como en no hacer más que una sola comida al día y en abstenerse de ciertos manjares. Esta imposición obliga a unas reglas gastronómicas severas en cuanto a los ingredientes y a las cantidades, los pescados acompañados de todo tipo de verduras, legumbres, etc. y los dulces pasan a ser los ingredientes protagonistas de la mayoría de los platos. Suelen ser platos, por regla general con gran capacidad de saciamiento: ayudan a evitar la tentación del consumo de carne.