Niños vs Pescado

Por lo general, los niños y el pescado son entes incompatibles y eso, en muchos de los casos se debe a una mala experiencia con las espinas o las escamas; Sin embargo, el pescado en un alimento necesario, ya que aporta gran cantidad de hierro, calcio, zinc, omega 3 y vitaminas A, B, D y E, y tiene poca grasa.

Los niños creen que todos los pescados son lo mismo, pero es un error. Ni todos son iguales, ni preparados de distinta forma saben igual, y eso es algo que debemos hacerles ver poco a poco, y con mucha paciencia. Lo primero y fundamental es elegir un pescado que no tenga muchas espinas, o limpiar minuciosamente su ración hasta el punto de mirar con lupa. Como se trague una espina nunca más volverá a querer ni olerlo.

Las escamas también resultan extremadamente desagradables, de modo que debemos despojar de su piel tanto a pescados enteros como a filetes, antes de rebozarlos o cocinarlos.

Utilicemos limón o salsas como mayonesa o tomate para camuflar el sabor, u ocultemos el pescado en guisos como paella, sopas, pucheros con patatas, budines o incluso pizzas, las reinas de las comidas infantiles.

Otro truco es darles siempre aquellas zonas más blancas. Las partes oscuras de la carne del pescado lo son porque concentran sangre y eso al paladar es amargo y les sabe fatal. Es como si les hiciéramos chupar un cubito de concentrado de pescado, de modo que elegiremos las partes más blanquitas y jugosas para los peques.

Nuestros hijos prefieren platos variados y con colorido, lógicamente no les atrae nada una rueda de merluza a la plancha o un lenguado rebozado, sin color y nada que le atraiga. Por ello es buena idea ser original cambiando la condimentación, la preparación y la guarnición que le acompaña y cocinándolo de forma mucho más apetecible para ellos.

Por último, recuerda que nosotros somos el mejor ejemplo para nuestros hijos, por lo que habremos de sumar el pescado al menú familiar, de todos los miembros y no solo de ellos.



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